domingo, 19 de agosto de 2007

“Hoy no hace falta decir ‘¿Dónde está la estación? o ‘Una habitación con baño. Hoy lo importante es escribir”, dijo Thomas Hardy. Tuve que buscar en Wikipedia quién había sido este poeta y novelista inglés vinculado al naturalismo. La cita la vi en un película de Godard del año 1964, el mismo que Billy Wilder hacía Kiss Me, Stupid (la de Godard se estrenó en Argentina como Asalta frustrado). La cita la dice la profesora de inglés. Godard, como había hecho desde su debut con Sin aliento, no hace más que citar a todos con los que está de acuerdo y, más importante, sostienen su trabajo, que es el trabajo del moderno: meterse con todos y todo, si es posible voltearlos, y una vez en el piso hacer con ellos lo que se dice leña del árbol caído.
En ese sentido, Wilder nunca fue un moderno. Ni siquiera en sus películas más osadas, y ni siquiera pese al rescate que Godard y su amigos de Cahiers hicieron de su cine.
En la presentación de En celo a la que aquí se hace mención, hubo un moderno; uno de los presentadores, Esteban Schmidt. El resto, apenas pudo aspirar a ser Wilder. Libro incluido (dudas esperanzadoras sobre Mairal y Enriquez). Sí, sí, no todos pueden ser Godard. Ni siquiera Wilder. Pero una cosa es no poder serlo, y otra distinta jamás aspirar a ello. Como dijo Schmidt esa noche, no hace falta que escriban.

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