domingo, 21 de octubre de 2007

Soda, por goleada

Hubo gente que chifló a Perón en el especial que Capuzotto preparó para amenizar la espera del show. Hubo gente que después del show dijo que no hubo teloneros porque eso demostraba que los Soda no podían tener teloneros. Hubo gente que siguió sin entusiasmo, al menos sin el entusiasmo que había seguido hasta el momento, el último tema del recital (que tal vez sea el último recita de Soda en sus vidas, y por lo tanto el último tema que vean de Soda en sus vidas) porque no eran de los que más le gustaba (Vitaminas). Ni siquiera el hecho de que Cerati lo haya presentado como un bonus track, y advirtiera que posiblemente no saliera bien porque no estaba ensayado (y efectivamente así fue), consitó su entusiasmo. Hubo gente que después de ver una actuación descollante, descomunal, de una modernidad abosoluta, de un rock de alta factura, de música realmente sofisticada, inteligente, sensual y bailable, aún pensara que los Rendondos, vaya uno a saber por qué milagro, podrían igualar semejante performance, o a lo sumo arrimar el bochín.
Algunos, en cambio, utilizamos todas la energía disponible y aprovechamos las que nos insufló la banda para celebrar la historia en el mismo momento que se estaba escribiendo. Fue una las cosas que más agradecí de mis últimos años: tener olfato para saber por dónde pasa la historia, el que, así como en los 80 por más que mi bando hubiera sido la ricota, iba a ver a los Soda siempre que podía, ahora me permitía asistir a la conferencia de prensa y a uno de los recitales de la banda argentina de todos los tiempos. A veces la publicidad dice la verdad, y esta de Soda fue una de ellas. En el escenario clarifican cualquier duda acerca del acervo: hicieron rock de alta escuela; de tan alta, que se los confundió con pop, como le sucedió a Los Beatles en su momento. Pero el rock, además de actitud, como dijo la nena boba en la entrega de los MTV, es también ambición, búsqueda de gloria, un ego infinito para soportar que se ansía y se quiere esoque a todos les gustaría pero por imposibilidad de tenerlo terminan negando quererlo. Soda está en el Top Ten mundial. O en el top twenty, pero seguro que es top. Es la única banda argentina que califica para entrar en un supuesto top. Pueden sonar como Nirvana, o etérea como Blondie, puede ser densa y oscura como The Cure, aunque igual de dansante y gracil. Puede hacer cientos de temas, y nunca repetirse, nunca sonar igual.
La goleada, tan clara a la distancia, produce cierta tristeza por no haberlos elegido antes, y un gran y temeroso interrogante: ¿qué escuchábamos mientras escuchábamos a Soda y los Redondos en los 80? La ideología mata.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DanZante va con s, querido!

Bueno, te quería contar que yo no fui a ver soda porque me parece de Puto. Es de re-puto. En los 80, Soda sonaba, pero no los podés poner a la altura de Nirvana, querido!

Soda = The Police

The Police = New Wave

New Wave = Homosexuales